Especialista destacó la importancia de la actividad física para un envejecimiento saludable
En este sentido es fundamental comenzar con ejercicios de baja intensidad para ir aumentando el nivel dependiendo de los avances. Además, se deben incorporar prácticas de fuerza para fortalecer los músculos
Ya llegó septiembre y junto con ello la posibilidad de temperaturas más cálidas, las cuáles pueden servir de motivación para realizar actividad física como salir a trotar, una caminata por los alrededores, entre otras disciplinas o pasatiempos.
Al respecto, fomentar el movimiento es primordial para mejorar la calidad de vida de las personas, especialmente en el marco de un envejecimiento saludable.
“Cuando el ejercicio físico es desarrollado en moderada y alta intensidad tiene un efecto terapéutico, fisiológico positivo para el cuerpo. Por eso es necesario que esas actividades físicas sean de moderadas a alta intensidad para mantener la estructura corporal y que tenga un efecto en la persona”, comentó Jessica Espinoza, kinesióloga, integrante del Centro Interuniversitario de Envejecimiento Saludable (CIES) del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH) y académica de la Universidad de Talca.
Para dar inicio a los ejercicios, se puede partir con algunos de baja intensidad para luego ir aumentando el nivel dependiendo de los avances. Por ejemplo, realizar una caminata a paso lento durante unos minutos, luego una caminata más rápida y después correr.
“Si no estamos acostumbrados a realizar actividad física la idea es que sea progresiva. Se puede parcelar en el tiempo; comenzar con 10 minutos en la mañana, 10 minutos al medio día y 10 minutos en la tarde para ir progresando en el tiempo y adquiriendo los beneficios del ejercicio físico”, aseguró la especialista.
Otra recomendación es incorporar en la actividad física los ejercicios de fuerza para fortalecer los músculos del cuerpo y la resistencia.
“Para la persona mayor se recomienda que sea multimodal, es decir que incorpore tanto la fuerza como lo cardiorespiratorio; la flexibilidad, la coordinación, pero la fuerza también tiene un rol fundamental porque perderla es un riesgo para la fragilidad en la persona mayor”, aseguró la académica.
Cabe mencionar que la fragilidad es un estado clínico, asociado a la edad, en la que hay una disminución de la reserva fisiológica y de la función de múltiples órganos y sistemas, lo que significa una mayor vulnerabilidad para hacer frente a factores estresantes.