La multi-escalaridad de la planificación: desafíos para mejores políticas públicas territoriales
Hoy vivimos momentos cruciales para el futuro de nuestro país, y las normas que se adopten en materia constitucional impactarán sin duda en la calidad de las políticas públicas, gravitantes en el nivel de desarrollo para todos y todas. Uno de los elementos críticos en el desarrollo de un país tiene que ver con la calidad de las decisiones que se adopten en materia de ordenamiento y de justicia territorial, aspectos que en definitiva dependen en gran medida de los procesos de planificación territorial que se desarrollan.
Estos procesos de planificación se han caracterizado en Latinoamérica y específicamente en nuestro país por aplicar en sus distintos niveles de impacto, enfoques verticalistas en las decisiones, por convertirse en un sistema de decisiones extremadamente técnico, con baja incidencia de participación ciudadana en sus definiciones estratégicas y generalmente desarticulado entre los niveles comunal, provincial, regional y nacional. Casos tenemos muchos lamentablemente, por ejemplo, en relación a lo que ocurre con la diferencia de temporalidades que se advierte en los instrumentos de planificación regional y comunal que dificulta el dialogo sincronizado y racional entre ellos, pues los plazos son distintos al igual que las metas y sus sistemas de mediciones.
Ciertos aprendizajes nos han dejado algunas reflexiones y sistematizaciones en materia de descentralización como para buscar una forma de revertir esta forma de planificar nuestros territorios y hacer las cosas de manera distinta. Una de estas formas es atender las recomendaciones de organismos especializados en desarrollo como es el caso de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe CEPAL quien ha propuesto una serie de “principios rectores” para todo proceso de planificación a nivel latinoamericano, a saber: La articulación de tiempos (pluritemporalidad), la consideración de Escalas (multiescalaridad) y de Sectores (intersectorialidad) y de actores (participación, apropiación social) y la acumulación de aprendizajes (evaluación y seguimiento) (Cuervo et Al, 2017).
Efectivamente si estos son los estándares, aún estamos muy lejos en Chile de bordearlos exitosamente. Sin el ánimo de revisar cada uno de ellos, lo que ocurre en materia de escalaridad donde se presentan algunas complejidades sobre todo en materia de autonomía y de tutelajes o subordinaciones entre los niveles operativos, que desfiguran las definiciones de autonomía de los gobiernos regionales y comunales.
El problema de la escalaridad nos exige centrarnos en la capacidad de coordinación entre los niveles de planificación y nos invita a mejorar la calidad de la gestión territorial, de manera que seamos capaces de responder algunas preguntas tales como: ¿Cómo se harán operativa estas coordinaciones en el futuro?, ¿Cuál será la metodología para esta articulación?, ¿Cómo se realizarán formalmente las consultas de los gobiernos regionales a los municipios? ¿Quiénes serán los responsables de medir su éxito? ¿O incluso cuales son las metodologías de evaluación consideradas para su monitoreo? ¿Y por último tendrá la nueva figura del gobernador regional la capacidad o facultad para resolver este problema teórico-práctico de la escalaridad territorial?
En definitiva, frente a este escenario de relación y articulación entre los distintos niveles de la planificación territorial y de histórico tutelaje técnico-político reconocemos algunos desafíos estratégicos de la planificación regional y local.
A nivel regional se debe reducir el histórico grado de tutelaje de organismos nacionales sobre regionales y éstos sobre los locales. hoy esto sin duda será materia de la próxima constitución política en materia de descentralización. Creemos que también es importante que los distintos niveles mejoren su capacidad para relacionar y articular los nuevos instrumentos: PROT, la elaboración de Plan Regional de Desarrollo Turístico, Política Regional de Ciencia y Tecnología, Creación de Áreas metropolitanas, transferencias de competencias y por supuesto definir mecanismos de Coordinación inter escalas a nivel provincial y comunal
A Nivel local o comunal, creemos que es importante aumentar la incidencia de los municipios en las decisiones del proceso planificativo regional pero además mejorar internamente la articulación entre instrumentos locales (Plan de Desarrollo Comunal o PLADECO – Plan Regulador Comunal o PRC) lo que aparece como un gran desafío en sí mismo, ya que la articulación temporal entre estos instrumentos “privativos” de la gestión municipal demuestra lamentablemente un amplio desfase entre ellos. Otro desafío asociado es aumentar capacidad técnica y presupuestaria de los municipios ya que actualmente se contratan consultoras que cobran significativos presupuestos para subsidiar esta tarea.
Por ultimo creemos a la luz de las recomendaciones de la CEPAL se deben desarrollar mecanismos autónomos de participación ciudadana, que permitan identificar y/o proyectar nuevas dinámicas y necesidades de la población, tanto internas como externas. Así las cosas, Independientemente de las nuevas institucionalidades que se establezcan en la nueva carta fundamental el problema y el desafío de la multi-escalaridad y la coordinación estará presente y nos exigirá responder las preguntas aquí planteadas.
Christian A. Quinteros Flores, académico de la Escuela de Administración Publica y director del Diplomado en Gestión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Católica del Maule.
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