Santa Olga a cinco años del mega incendio que la dejo convertida en cenizas
Este 25 de enero se cumplieron cinco años desde el mega incendio que arrasó con la localidad, comunidad con la que trabaja el Observatorio Laboral del Maule, que realizó un estudio sobre las posibilidades de reconversión laboral.
Ha estado atareada Mónica Sepúlveda por estos días. La dirigente vecinal trabaja de cerca en los detalles con que se conmemoran este 25 de enero cinco años desde el mega incendio que arrasó con Santa Olga, un villorrio con vocación forestal que hoy sigue intentando levantarse. El aserradero que daba trabajo al pueblo, todas las viviendas y la vida en comunidad se volvieron ceniza ese día. Pero Mónica hace una pausa en la víspera de los actos conmemorativos y cuenta al Observatorio Laboral del Maule, que realizó un estudio sobre las posibilidades de reconversión laboral de la comunidad(1 y 2), en qué están hoy.
“Pena, impotencia, rabia y amargura son sentimientos que se mezclan con una sensación de mejor calidad de vida, pero todavía molesta por no volver a la normalidad que teníamos antiguamente”, comentó. En lo laboral, la dirigente dice que el lugar no se ha recuperado como un asentamiento con una empresa grande y estable que ofrezca trabajo, como se pensó, y que las personas han salido a trabajar a Constitución o Santiago. El villorrio, si bien se ha reconstruido en cuanto a viviendas, está en permanente riesgo de ser una ciudad dormitorio, cree Mónica, justamente aquello que han intentado evitar.
“Respecto a lo que era estamos al debe. Santa Olga y Empedrado tenían su empresa que daba trabajo a la gente, había de qué agarrarse. Hoy no hay nada de eso”, explicó.
Preocupados por la situación laboral de la comunidad, cuenta que están en conversaciones con Corma (Corporación de la Madera) para poder capacitar a mujeres, pero todavía no se concreta nada. Respecto a algunos avances en materia de empleo, la dirigente detalló que se está organizando una agrupación para crear el sindicato de feriantes Feria Esperanza, iniciativa apoyada por el municipio y que busca entregar productos y servicios tres veces a la semana.
“Vamos con todo al hombro para mostrar lo que tenemos; a veces tenemos bastante venta y otras veces nada, pero se da la oportunidad de que adultos mayores que no tienen nada qué hacer puedan mostrar sus productos y su trabajo, y la esperanza es materializarlo con un sindicato. Por ahora eso es lo único”, detalló. Añadió que a ello se suman solo iniciativas individuales de personas que intentan levantar sus propios negocios.
Respecto a la recolección de hongos como forma de trabajo, Mónica dice que solo sabe de iniciativas personales en la zona de Empedrado, pero que la venta de este producto no se ha erigido como una fuente de empleos estables.
Sin embargo, Mónica enfatizó que cualquiera que lo pida contará con ayuda del municipio y de los líderes vecinales para salir adelante. Eso es lo que sigue motivando el día a día de la dirigente, que este año se animará a otro período, con el propósito de apoyar a los habitantes de Santa Olga, aunque sea “desde la sombra”, dice, ya que piensa que también puede seguir aportando sin ser electa.
De alguna forma, Mónica Sepúlveda mantiene la esperanza de que Santa Olga se vuelva a encontrar como la familia que fue, y que una empresa grande dé trabajo a hombres, mujeres, jóvenes y adultos mayores: “Esperar que alguien abra la puerta y diga aquí está la empresa”. Por eso, para Mónica Sepúlveda la comunidad sigue estando en duelo, hasta cuando pueda levantar la cabeza y decir “etapa superada”. Para los dirigentes de Renacer, Santa Olga y Los Aromos, la meta es “reunir a la familia completa; ése va a ser un día de alegría y de decir que hemos logrado lo que nos hemos propuesto en un principio”, afirmó Mónica.
Cerrando la pausa que ha hecho en medio de los preparativos de la conmemoración, la dirigente concluyó: “Tengo cuerda para rato todavía para golpear puertas y exigir al gobierno de turno, para decir a todas las autoridades que el pueblo tiene que levantarse”, sostuvo.
El Observatorio Laboral del Maule-Sence está alojado en la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Católica del Maule.