Incendios forestales: humo como enemigo invisible
Los incendios forestales pone en riesgo no solo la fauna y el medioambiente, sino que también la salud de los involucrados en combatir las llamas. Los incendios exponen tanto a ciudadanos como a bomberos a una serie de peligros, incluyendo el fuego, altas temperaturas y consecuencias físicas.
El Dr. Pedro Astudillo, broncopulmonar de Clínica INDISA, asegura que son los bomberos los que salen más perjudicados. “El humo de incendios consiste principalmente en hidrocarburos, vapor, monóxido y dióxido de carbono, sumado a hollín y otros gases sumamente dañinos para la salud de quienes se exponen por tiempo prolongado a ellos. En la mayoría de los casos, los bomberos”, alerta.
La inhalación de humo es la principal causa de muerte en los incendios
Además de las lesiones físicas, como quemaduras y caídas, el estar en constante exposición al humo también puede traer graves repercusiones en el organismo, con un eventual perjuicio irreversible a quienes tratan de contener las llamas.
Según un informe del centro de información toxicológica de la Universidad Católica, publicado en 2022, la inhalación de humo es la principal causa de muerte en los incendios, ya que el humo contiene numerosas sustancias tóxicas que son generadas durante el proceso de combustión que, al ser inhaladas, pueden ser sumamente dañinas.
El humo es muy peligroso, incluso si no ves las llamas
El humo de los incendios representa un gran peligro debido a sus diversas características.
Inflamable y explosivo.
Irritante para las vías respiratorias.
Opacidad del humo, la cual reduce la visibilidad y dificulta el escape.
Irradiación de calor y aumento de la temperatura.
Su rápida propagación.
El Dr. Astudillo explica que el humo puede causar ciertos daños al organismo. “Los efectos del humo en la salud de los bomberos pueden variar dependiendo de la intensidad y duración de la exposición, la composición del humo, y la salud individual del bombero”, acota el doctor.
Recomendaciones para bomberos
“Para protegerse es fundamental usar un equipo de protección respiratoria adecuado”, asegura el especialista. Para una protección efectiva, la máscara del bombero debe ser resistente al calor e impactos (con materiales como silicona o Nomex®), tener una visera panorámica para una visión clara, un sellado hermético que impida la entrada de humo y gases, un filtro de alta eficiencia que capture toxinas y una válvula de exhalación para evitar la acumulación de calor y humedad.
“Además, se deben realizar inspecciones regulares al equipo y un mantenimiento adecuado”, aconseja el broncopulmonar de INDISA. Sin embargo, esta no es la única recomendación que hace; también es necesario:
Hidratación constante para prevenir la deshidratación.
Descansos regulares en áreas con aire limpio para minimizar la exposición al humo y permitir que el cuerpo se recupere.
Mantener una comunicación clara con el equipo para informar sobre cualquier malestar o dificultad respiratoria.
Rotar las tareas entre los bomberos para evitar la exposición prolongada al humo en un solo individuo.
Monitoreo de la frecuencia cardíaca y la respiración durante y después de la intervención.
Disponer de oxígeno y del equipamiento para el auxilio inmediato y reanimación cardiorrespiratoria.
Limpiar el equipo y la ropa después de cada intervención para eliminar las partículas de humo y otros contaminantes.
Exámenes médicos periódicos, incluyendo pruebas de función pulmonar, para detectar cualquier problema de salud relacionado con la exposición al humo.